La deliciosa historia de la milanesa

"La Repiola", una de nuestros sánguches clásicos.

Cuando empezamos el negocio, junto a mi esposo y a nuestra querida amiga Ale, siempre nos preguntaban: ¿Y por qué milanesas? ¿Y encima de carne? Solíamos responder que era un plato muy popular en Argentina, y que teníamos mucha fe que conquistaría el paladar de los peruanos. El otro día, no recuerdo que amigo foodie, pero me hizo la misma consulta y me quedé con la duda de saber bien la historia de la “milanga”.

Revisando algunos artículos en periódicos digitales argentinos y otros textos, dizque, en medios especializados en gastronomía, precisan que no existe un hecho referente en el que se señale que tal fecha se preparó, por primera vez, la milanesa. Se sabe, según pude leer, que tendría su origen en Italia.

Existe un documento del siglo XVIII, de Pietro Verri, reconocido escritor y periodista italiano, en el que cuenta que en pergaminos de la Edad Media se puede apreciar descripciones sobre una comida que llevaba carne y pan. Una buena referencia, aunque no se precisa si era pan molido o en otra presentación.

Otras referencias señalan que la milanesa es hija putativa de la cotoletta a la milanese, un delicioso platillo que suele hacerse con ossobuco y con mantequilla. Es decir, sería de Milán. No obstante, existe otra vertiente que señala que la  receta sería descendiente de los escalopes vieneses que, siendo honestos, tiene una preparación más parecida a la que hacemos en Argentina. Entonces, su origen estaría en Viena.

Más allá de esta pelea culinaria, lo cierto es que llegó del otro lado del charco y que en Argentina se perfeccionó, al menos en esta receta que preparamos en María Milanesa, aquella que nos heredó la abuela Lola. Ya saben, teniendo como base el corte de carne de su preferencia, huevo, perejil y pan rallado. Aquí ya cada uno le agrega lo que mejor le parezca o como lo hacían en su casa.

En Perú se come más milanesas de pollo y también son buenísimas. Las acompañamos con arroz, puré, tallarines verdes, ensalada, etc. O con pan, como es el caso de nuestro querido foodtruck: dentro de un delicioso pan francés y acompañado de crocantes papas fritas. ¡Ahhh… y con las mejores salsas!